Por Boris Luis Cabrera
Mañana sábado 10 de agosto rompen las acciones de la 59 Serie Nacional de béisbol y saldrán a la grama del estadio Latinoamericano las escuadras de Ciego de Ávila e Industriales con la misma misión de los otros 14 contendientes: tratar de borrar de la mente de los aficionados el apocalipsis que provocó nuestra selección nacional en los Juegos Panamericanos.
Desde que se escuche el primer sonido de la esférica entrando en la mascota del receptor o haciendo contacto con el madero, estaremos entrando en un estado de amnesia transitoria, el mismo donde nos sumergimos cada año provocado por nuestras pasiones provinciales, y que nos impide recordar con claridad las tristes imágenes de los nuestros rendidos en los escenarios internacionales.
No obstante, en medio de la multitud frenética hinchando por los suyos, en cualquier rinconcito de las gradas, o sentados frente al televisor; esta vez no será tan fácil desviar nuestros pensamientos ni arrancar de raíz el negro recuerdo que ha tatuado ese sexto lugar panamericano en nuestra psiquis, ni la necesidad de cambios que tenemos los que verdaderamente amamos este deporte, motivados por las victorias de antaño y por la calidad innegable y las herramientas naturales que tienen los nacidos en esta tierra para jugar al béisbol.
La búsqueda de un boleto olímpico cada vez más lejos, el Premier 12 tocando las puertas de nuestras intranquilidades, y la onda expansiva que generó la baja forma deportiva de nuestros peloteros en tierras peruanas; sin dudas no nos permitirán estar cómodos en nuestros asientos y serán duendes traviesos que se mantendrán insomnes despertando recuerdos en nuestros interiores.
No obstante, vamos a sacar nuestras banderas territoriales como cada temporada y plantarla en cada trinchera mientras degustamos el amargo vino nuestro. Aquí en la capital, vamos a ese estadio Latinoamericano lleno de historias por sus pasillos a apoyar al Rey de los leones.
El primer rival, se ha convertido en los últimos años en el verdugo más implacable jamás visto, derrotando en 18 de los últimos 31 enfrentamientos a los azules, y además con el aval de ser el único equipo que presenta balance positivo contra los industriales en toda la historia de las series nacionales saliendo por la puerta ancha 95 veces frente a 86 derrotas.
Hay morbo y motivación, ansias de victorias y necesidad de canalizar todos estos sentimientos que nos reprimen nuestras escuadras nacionales. Mientras esperamos por mágicas soluciones, nos vemos en el estadio.