Por: Gian Franco Gil
Raudelín Legrá se enfrenta a Holguín luego de estar un año sin jugar por una injusta sanción impuesta por las autoridades del deporte de la ciudad de los parques.
En el comienzo de la Serie Nacional Industriales asumió una larga gira por el Oriente del país. Tras dos subseries ganadas y una perdida, el equipo se ubica en el segundo lugar de la tabla de posiciones, con cinco victorias y dos derrotas, superado solo por las Avispas de Santiago de Cuba e igualado con otros tres elencos: Camagüey, Matanzas y Holguín.
En su periplo por el este, la selección capitalina sufrió dos importantes lesiones. Primero Alberto Calderón y luego Yosvani Peñalver abandonaron el terreno de juego y dieron paso a jugadores como Yoasán Guillén, Dayron Blanco o Raudelín Legrá. Este último se estrena como jugador del equipo de Industriales esta temporada tras abandonar su primer equipo, Holguín, en la temporada número 57.
Legrá retorna al Calixto García el próximo martes 22 de septiembre y enfrentará al equipo de la provincia que intentó tronchar su carrera deportiva. Un año atrás, en entrevista a Industriales de La Habana, el propio jugador comentó sus inconformidades: “El director del INDER en Holguín supuestamente me tiene sancionado, pero esto no aparece en ningún lugar. Hemos hablado con él para el cambio de medidas y se ha negado”.
Mientras el máscara hacía méritos para entrar en el equipo capitalino y encajaba con la dinámica del grupo, el proceso de su liberación era sometido a un largo trámite burocrático. La situación fue revisada minuciosamente por las autoridades del gobierno y el partido en La Habana, gestiones todas infructuosas.
Luego de diez años dando viajes de La Habana a Holguín, porque su familia reside en la capital, el pelotero recibió una carta de invitación y marchó a probar suerte en Francia. Aunque sin recibir contrato, Legra jugó dos temporadas en tierra gala antes de incorporarse a los azules.
Luego de obtener lideratos en la copa Antillana de Acero y causar interés en la afición capitalina, el cachorro devenido industrialista quedó fuera del equipo de la capital. “Ahora me quieren tronchar el futuro, yo decidí no jugar con Holguín porque mi familia e hijos viven en la capital, me cansé de pasar trabajo, estoy dispuesto a ayudar a los Industriales”, expresó.
Todo esto ocurrió el año anterior, hoy lo vivido por Raudelín, víctima de malas acciones, cobra un significado especial. El muchacho ha tenido la posibilidad de abrir como titular dos veces con los leones y demuestra todos los días su garra, entrega y ganas de aportar a la causa azul. Aunque sus números no son del todo buenos, logró conectar su primer imparable y promedia para .125 en ocho turnos al bate.
El versátil jugador conformó el equipo como receptor, pero se desempeña en los jardines y busca en cada oportunidad ganarse la titularidad ¿Encontrará en los cachorros un incentivo mayor para pegarle con más rabia a los lanzamientos? Sin dudas, simpre en cada turno rondará en su mente aquella temporada que no jugó por el capricho de alguien.