El «Rey» se impone más allá de las polémicas

Crédito: Manu Pérez Conde

La historia de Rey Vicente Anglada en los terrenos de pelota lo han convertido en una de las grandes figuras del béisbol cubano de todos los tiempos.

Perfil estadístico de Rey Vicente Anglada

En la lejana fecha del 6 de enero de 1972, precisamente el día de su cumpleaños, debutaba en Industriales un explosivo jovencito que se echaría a la afición en el bolsillo y escribiría con letras doradas su nombre entre los grandes del béisbol cubano. Su nombre era Rey Vicente Anglada.

Desde sus inicios, este muchacho natural del Cerro capitalino destacó por su seguridad defendiendo la seguna almohadilla y por su buen tacto al bate, elementos que lo hicieron ganarse la regularidad en el competitivo equipo azul. Precisamente en la temporada que llegaba a los terrenos aquel jovencito que usaba el 36 en su espalda, Industriales alcanzaba su quinto título de campeón nacional de la mano de Pedro Chávez.

Finalmente fueron diez Series Nacionales, entre los años 1972 y 1982, en las que Rey defendió los colores de Industriales. Teniendo en cuenta la efectividad del pitcheo y la mala calidad de los bates de madera usados en esa época, los números que dejó Anglada en los torneos domésticos son realmente excelentes.

Su average de por vida se alzó hasta los .291 (806 hits en 2773 veces al bate) y sin ser jonronero pegó una cifra de 40 cuadrangulares, nada despreciable para tan corto período de actividad. Su bateo oportuno lo llevó a alcanzar un total de 303 empujadas, que sumadas a las 422 veces que anotó en el «home plate» dan muestra de lo productivo que fue en su carrera. Sin lugar a dudas era un pelotero de varias herramientas, significativas también fueron sus casi doscientas (197) bases robadas y su amplia producción de extrabases (109 dobletes y 35 triples).

La explosividad e inteligencia que desprendía sobre los terrenos de pelota lo hicieron merecedor de conformar con regularidad los equipos nacionales. Con el uniforme de las cuatro letras disputó torneos de categoría como los Mundiales de 1976 y 1978, pero fue en los Centroamericanos de Medellín 78´y los Panamericanos de Puerto Rico en 1979 donde mayor impulso tomó su figura. En estos dos campeonatos terminó siendo el segunda base del «Todos Estrellas».

El fuerte vínculo de Rey Vicente Anglada con Industriales se mantuvo mucho más allá de su retiro y no conforme con haberse consagrado como jugador, llevó al equipo de sus amores a coronarse en tres ocasiones bajo su dirección. Muchos lo quieren y lo respetan, otros han tratado de empañar su figura con polémicas que sobrepasan los límites de la ética, pero lo que es incuestionable es la calidad de pelotero y hombre del «Rey», un verdadero ídolo de la capital.