Crédito: Manu Pérez Conde
Innumerables lanzadores de calidad han vestido los colores de Industriales pero solo unos pocos conocen la gloria de completar un juego sin hits ni carreras.
Es común escuchar la popular frase de que batear es la acción más difícil del beisbol. Mucha verdad encierra esta expresión, pero el arte del pitcheo no se queda atrás y exige ser un verdadero artista para dominarlo con calidad.
Para los lanzadores existen hazañas extremadamente complicadas y sin dudas el «no hit no run» es una de ellas. En cualquier liga del mundo son muy pocos los que pueden presumir de finalizar un juego sin que les conecten imparables y les anoten.
En la historia de las Series Nacionales se han presenciado un total de 57 encuentros sin hits ni carreras desde que Aquino Abreu rompiera en el año 1966 ante Occidentales, y no satisfecho, repitiera la dosis en la salida siguiente contra Industriales en el Latino. Desde entonces, nunca nadie ha repetido el hito de lograr dos juego de este tipo de manera consecutiva.
A pesar de no completarlos en salidas continuas un selecto grupo de pitchers poseen dos victorias sin que les peguen inatraplables ni fabriquen carreras. Rogelio García, Maels Rodríguez y recientemente Freddy Asiel Álvarez son los que pueden hacer gala de semejante éxito. Historia aparte lo del camagüeyano Juan Pérez Pérez que ha sido el único hombre en obtener tres victorias de esta manera y que además las recolectó en años consecutivos en las series del 73, 74 y 75.
El Estadio Latinoamericano cuenta con el honor de ser el terreno de Cuba en el que mayor número de veces un pitcher ha conseguido esta hazaña, trece en total. De ellos, cinco corresponden a lanzadores que han logrado el «no no» defendiendo la camisa de Industriales.
El primero en completarlo fue Jesús Pérez en enero de 1968 cuando se impuso cinco carreras por cero a Vegueros. En los dos años posteriores lo consiguieron en el «Coloso del Cerro» Carlos Liaño en el 69 y Rigoberto Betancourt en el 70 ante Pinar del Río y Oriente respectivamente. El cuarto juego sin hits ni carreras para un capitalino tardó en llegar y lo hizo Ángel Díaz por el año 1982 enfrentando a Holguín en el Latino. El último en lograrlo fue David Mena en septiembre de 2017 ganándole a Villa Clara en el Sandino.
El «no hit no run» de Mena estuvo cargado de polémica dado que fue conseguido en apenas cinco entradas. El derecho capitalino se encaminaba a abrir el sexto episodio ante los villaclareños cuando la lluvia se interpuso y el encuentro fue cerrado con victoria para los azules. Después de mucha incertidumbre alrededor del tema se le ratificó el mérito al joven lanzador y se convirtió en el «no no» más rápido jamás visto en las Series Nacionales.
Mención especial en el tema de los juegos sin hits ni anotaciones para el estelar Orlando Hernández que a pesar de ser una leyenda de Industriales su único juego ganado por esta vía lo consiguió vistiendo otra franela. Fue jugando para Ciudad Habana en la Serie Selectiva del 90 cuando «el Duque» maniató a la selección de Matanzas e inscribió su nombre en la historia.
Es cada vez más complicado disfrutar de tan exquisita demostración de pitcheo en un beisbol tan ofensivo como el campeonato cubano. Solo el terreno sabe cuantos años habrá que esperar para que un lanzador de Industriales alcance la gloria del «no hit no run» y se una a los cinco hombres que sellaron su espacio en la memoria de los aficionados azules con semejante hazaña.