La sonrisa que ahora llega desde el banquillo azul

Por Aylet Morales

Los Leones habaneros tienen el privilegio de haber contado por más de 20 años con uno de los mejores zurdos que ha participado en la pelota cubana.

La primera almohadilla del Estadio Latinoamericano añora esa sonrisa que durante tantos años cuidó de ella. Esa que nunca se apagó, aunque estuviera en la peor de sus rachas o el equipo no pudiera concretar una victoria, la que brillaba más cuando las jugadas salían a la perfección. Sin embargo, hace dos temporadas está ausente en el terreno, ahora cumple otra misión, la de enseñar y trasmitir a las nuevas generaciones todo lo que aprendió durante 22 Series Nacionales de Béisbol.

Defendió la camiseta de los Metropolitanos e Industriales, en su dorsal lució el número 55, y solo con estos datos los fanáticos al deporte de las bolas y los strikes en Cuba saben su nombre: Alexander Malleta Kerr. Quien supo ganarse la admiración de cada seguidor, por su talento y entrega.

Oriundo del capitalino municipio Playa, llegó a los terrenos de pelota cuando apenas tenía siete años y desde entonces, dedicó su vida a ello. Aunque en algunas ocasiones ha confesado lo difícil que resultó integrar los equipos provinciales en edad escolar, en la categoría juvenil apareció por primera vez dentro de la nómina de un equipo Cuba, para participar en el Mundial de Boston en 1995.

Año, en el que posteriormente, debutó en el máximo campeonato beisbolero de la ínsula. Marcando la diferencia con respecto a los jóvenes talentos de la época, lo hizo con los Leones de la capital cuando lo usual era comenzar con los Metropolitanos, el segundo equipo de la capital. En esa primera edición logró un promedio de .308 en los 16 juegos que estuvo sobre el campo.

Luego de permanecer dos años con el equipo azul, ocupó un puesto en la temporada 1998 – 1999 dentro de la alineación de los Metros. A donde regresó nuevamente durante las ediciones XLII y XLIII, equipo con el cual acumuló un average de .279 y conectó 189 imparables de ellos 65 fueron extrabases.

De las 22 temporadas jugando en los terrenos de pelota, 19 se las dedicó al equipo más ganador del certamen. Títulos en los que tuvo una participación espectacular, como en el año 2006 bajo las órdenes de Rey Vicente Anglada cuando fue considerado como el más valioso del Play-Off, instancia que destaca como el mejor de su carrera deportiva.

Reconocimiento que le llevó a integrar por primera vez, a ese nivel, el equipo de la Selección Nacional para los Juegos Centrocaribes de Cartagena de Indias, y allí resultó ser el MVP del torneo. A partir de ese momento su camino estuvo siempre en dirección a volver a representar la camiseta de las cuatro letras, algo que pudo cumplir y participar en Olimpiadas, Clásicos Mundiales, Panamericanos, Topes amistosos, entre otros.

Sus resultados a nivel internacional son envidiables, pues consiguió en la Copa Intercontinental de Taipei en 2006 un average de .487 con siete anotadas e empujadas, siendo el promedio ofensivo más elevado del equipo. En los Panamericanos de Río 2007, bateó para .278 con par de jonrones y seis carreras impulsadas. A los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 llegó como capitán del conjunto nacional y sus resultados fueron también relevantes.

De manera general en eventos internacionales bateó para .321 (281-90) con 48 carreras, 10 jonrones, 65 impulsadas además de 20 boletos recibidos lo que hace que su OBP alcance .379 con la selección cubana.

Un nuevo capítulo en su vida fue cuando lo contraton para participar en la Liga Independiente Canadiense – Americana (Can – Am) con el equipo Ottawa Champion. Ocasión en la que resultó campeón ocupando el séptimo puesto de la alineación norteña, con una ofensiva menos de .300, pero con 53 empujadas y seis cuadrangulares.

Estos méritos a lo largo de su carrera le permitieron convertirse en el hombre de confianza, tanto para los directivos como para la afición. Escuchar desde las gradas del Coloso del Cerro los canticos de ¡se va, se va! cuando Malleta salía al campo para pararse sobre el home play se volvió costumbre.

Pero, no debería causar asombro la reacción del público ante el 55 de los Industriales. Porque es poseedor de records impresionantes como el de ser segundo con más jonrones de los bateadores zurdos y tercero en empujadas de los participantes en Series Nacionales. Además cuenta con el privilegio de haber sido en varias oportunidades el cuarto bate de los equipos Cuba, algo que solo había logrado el impecable Antonio Muñoz.

La edición número 58 le vio despedirse de los terrenos de pelotas como jugador activo. Sin embargo, optó por no alejarse demasiado, para que la primera almohadilla no perdiera de vista su sonrisa. Ahora desde el banquillo azul observa cómo sus alumnos se encargan de ella, pues desde su retiro decidió seguir dedicando su vida a la manada de leones capitalinos, esta vez como entrenador de bateo.

Sobre esta nueva misión recientemente comentó a la emisora Radio Rebelde la responsabilidad con que la recibió. Comenta la importancia que siempre le ha atribuido a la necesidad de estar actualizado sobre las técnicas del béisbol. Lo cual llama mucho la atención debido a la evidente fortaleza mostrada de la nave guiada por Guillermo Carmona en la actual temporada.