Por Aylet Morales
El pitcheo ha sido uno de los departamentos más débiles dentro del conjunto de Industriales en los últimos años, sin embargo, José Pablo Cuesta ha podido mejorar su técnica y protagonizar algunos partidos.
De seguro en múltiples ocasiones hemos escuchado esa antigua teoría de tener días “buenos” o “malos”. Cuando transcurre una jornada en la que todo resulta como lo pensamos se considera como “bueno”, pero si sucede todo lo contrario, entonces, ha sido un “mal” día, es obvio. En términos beisboleros ocurre de igual forma, los jugadores y equipos, tienen días, semanas, temporadas óptimas o pésimas.
Este fenómeno es común entre los atletas que se mantienen por un largo tiempo destinando su vida a la causa del béisbol cubano. En el actual campeonato varios se encuentran en esta situación de altos y bajos. El serpentinero capitalino José Pablo Cuesta Lindsay es ejemplo de ello pues, durante 11 Series Nacionales, varios han sido los momentos de glorias, pero también de malas noticias.
A pesar de su inestable trayectoria siempre es considerado por el alto mando azul como un jugador clave. Año tras otro, su vínculo con los resultados de los Industriales es muy activo, porque la experiencia le convierte en hombre de confianza.
Su debut al máximo nivel del béisbol en la Mayor de las Antillas fue en el año 2008 con el equipo habanero. Algo que tiene mérito, porque por esos tiempos aún existían los Metropolitanos, el segundo conjunto de la capital, cuando lo usual era que los jóvenes se iniciaran allí y posteriormente pasaran a las filas de los azules.
Ese año, como es lógico, sus actuaciones fueron escasas y discretas, solo subió a la lomita en una oportunidad. En condición de relevo enfrentó a tres bateadores frente a los cuales pudo propinar un ponche, pero concedió un hit que no significó carrera para el equipo rival. De esta manera, el joven de Arroyo Naranjo, concluía la presentación en su primer campeonato.
A partir de ese año su nombre continuó apareciendo en las nóminas de las selecciones de la capital. En la edición número 50 vistió la camiseta de los Metros y allí se mantuvo durante dos periodos, en los cuales tuvo 32 salidas, todas como relevista. Ganó y perdió un juego y alcanzó un promedio de carreras limpias (PCL) de 10.92 en 161 entradas lanzadas.
Mientras, con los Leones, en nueve temporadas ha tenido 173 presentaciones, donde solo actuó como abridor en la serie 55, función que repite en la actual temporada. Exhibe en sus 11 participaciones balance de 14 juegos ganados, nueve perdidos, 13 salvamentos y le pegaron 286 imparables.
A la 57 Serie Nacional se incorporó en el partido 31, debido a una sanción que le fue impuesta, junto a otros dos peloteros, por violar el artículo 10 inciso E al no cumplir los compromisos contractuales firmados, ya que se contrataron en el extranjero sin la aprobación de la Federación Cubana de Béisbol (FCB).
Sin embargo, en marzo de 2018 vio su camino abierto hacia otras ligas cuando el equipo italiano Béisbol Sala Balanza, en conjunto con la FCB firmó un convenio que solicitaba los servicios del derecho de la capital. Posibilidad que le permitió un mejoramiento en sus técnicas de lanzar y se convirtió en el hombre seguro y vital que es hoy dentro de la nómina azul.
En la actual edición, quizás sea por su experiencia y sus últimas estadísticas, el manager Guillermo Carmona decidió colocarlo como tercer abridor dentro del joven staff de pitcheo. Esto se ha permitido iniciar 12 encuentros, por ahora, con un balance negativo de cuatro sonrisas frente a 5 descalabros y le batean para un average de .271. Además, su PCL es de 3.80 en 73.1 capítulos sobre el montículo de la capital.
Estos resultados le fueron suficientes para incluirse entre los mejores lanzadores de la 60 edición del campeonato cubano. Formó parte del equipo de los jugadores del Presente en el Juego de las Estrellas, celebrado a inicio del mes de noviembre del año en curso.
Los últimos partidos, al parecer, se han efectuado en uno de sus días “malos” y las consecuencias han sido acorde a ello. Pero, aunque a sus 32 años le consideren algo longevo para su posición, ha demostrado que con trabajo duro y dedicación es posible ser fundamental dentro de un conjunto beisbolero. Para próximas jornadas solo resta esperar que para José Pablo sea un día excelente y pueda guiar a los Leones hacia las victorias, tan necesarias para la conquista de ese ansiado título.